Los pemones de Kavak quieren vivir de la visita por Valentina Quintero, El Nacional, Abril 15. 2012
Cómo llegar. Es complicado y costoso. Lo más económico y sencillo es llegar hasta Ciudad Bolívar y contratar un vuelo de Trasmandú, una línea pequeña que opera con avionetas de 6 puestos. El pasaje ida y vuelta cuesta 2.600 bolívares.
Algunos llegan en sus avionetas privadas. Desde Canaima ofrecen vuelos. Es un trayecto muy corto. Kavak está al pie del Auyantepui dentro del Parque Nacional Canaima.
Cura visionario. Fray Víctor de Carvajal, sacerdote franciscano, estaba a cargo de la Misión en Kamarata. Activo y emprendedor, resolvió explorar los ríos que caían desde el Auyantepui para construir un acueducto que funcionara por gravedad y llevara agua a todas esas comunidades. Así llegó a la Cueva de Kavak: un cañón fascinante al cual se accede caminando por el lecho del río y luego nadando el último trecho para inmovilizarse de asombro ante paredes de piedras muy altas, el cielo y una cascada enloquecida que cae a una poza profunda, helada y rejuvenecedora.
La cueva sólo era conocida por los shamanes y brujos pemones. Un sitio sagrado. El padre se reunió con el capitán y la comunidad y les dijo: "Ustedes viven sobre una mina de oro el turismo y de eso es que deben vivir". Les aclaró que ellos mismos debían explotarlo y construir su campamento. Nada de otorgar concesiones. Hasta ese momento años setenta sólo se habían acercado por esos predios investigadores y exploradores salteados. El acueducto no se hizo desde la cueva. Sale de un sitio que llaman La Toma o Salto del Indio, una de las excursiones famosas que se hace desde Kavak.
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